Acción urgente para combatir la minería ilegal
La Amazonía está en peligro y se necesita que autoridades, organizaciones, medios de comunicación y población en general defiendan nuestro patrimonio natural y la vida de miles de personas.
El año está por entrar a su sexto mes y las noticias son muy desalentadoras para nuestra Amazonía y sus pueblos. Seguimos sin una visión clara respecto al valor de los bosques y de la necesidad de asegurar una naturaleza saludable que nos permita también ser un pueblo y una nación saludable.
Continúa la escalada dramática que está promoviendo la minería ilegal en la Amazonía. ¡Sí, esa misma minería que deforesta, mata y contamina! La que corrompe funcionarios y asesina indígenas, nuevamente aparece defendida y promovida en el país.
Desde el Congreso se han impulsado proyectos de ley para perennizar a los mineros ilegales, encubriéndolos como “informales” hasta el infinito y despenalizando los supuestos que permitían juzgarlos como crimen organizado. Los pueblos indígenas nuevamente levantan su voz de alerta, como es en el caso del pueblo y wampís, que actualmente sufren fuertemente por el avance de la minería ilegal en la zona del río Santiago (Condorcanqui, región Amazonas). A esto se suman los operadores ilegales que envenenan el río Cenepa y afectan severamente los medios de vida del pueblo awajún.
El pronunciamiento del Vicariato Apostólico de San Francisco Javier Jaén – Perú en este sentido ha sido dramático: “la minería y la tala ilegal entran ahora de manera impune y atrevida y no hay quien ejerza autoridad (…) nos entristece e indigna ver adolescentes prostituyéndose para los mineros ilegales, incrementándose cada vez más las cifras de VIH en la zona”.
Esta misma situación ocurre en Loreto, Ucayali, Madre de Dios y otras regiones del país. Nuestra Amazonía está cada vez más manejada por mafias de la minería ilegal que por el propio Estado peruano. Según la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), entre el 2013 y 2023, la minería ilegal ha sido el delito con el mayor monto acumulado: 8216 millones de dólares. Incluso supera al narcotráfico, que en el mismo periodo alcanzó 640 millones de dólares.
La “Ley Antiforestal” y otras amenazas a los bosques
A inicios de este año, además, el Congreso aprobó por insistencia la llamada “Ley Antiforestal”, a pesar de que organizaciones indígenas, autoridades del Ejecutivo y gobiernos regionales coincidieron en que la norma amenaza seriamente a los bosques y a sus habitantes, al promover títulos y derechos que permiten solapar más deforestación, invasiones y abusos.
Por otro lado, en Loreto se han propalado noticias que intentan confundir a la población respecto al manejo sostenible de especies como la taricaya. Este tipo de información tergiversada favorece a quienes no quieren que se apliquen los controles debidos para evitar el comercio ilegal de fauna y perjudica a las poblaciones que por años se han dedicado a defender la fauna amazónica.
A estos problemas que enfrentamos se suma además la profunda polarización que se vive en el país donde quien defiende a los bosques es acusado de “caviar” o “terruco” y quien defiende a la deseada reactivación económica es acusado de “facho” o “DBA” (derecha bruta y achorada). Los medios de comunicación no son ajenos a la polarización, y más bien ―en muchos casos― la representan y exacerban.
En defensa de la vida y la salud
Sin diálogo que propicie el entendimiento ―y sin una visión clara de la Amazonía y del país que queremos― será muy difícil salir de esta encrucijada. Creemos que cualquier visión que tengamos siempre debe basarse en proteger la vida y la salud de la naturaleza y de las personas. No existe una sin otra.
Desde las comunidades de fe, los pueblos indígenas y la sociedad civil siempre defenderemos la vida, la salud y el Estado de derecho, que es el que permite la convivencia sin violencia y con respeto. Invocamos al pueblo peruano a defender el Estado de derecho que hoy aparece tan frágil. Solicitamos a nuestras autoridades y medios de comunicación a cumplir su rol de defender la vida y la salud del pueblo peruano. Les invocamos además a informar e informarse de manera adecuada, amplia y transparente.
Los asesinatos de indígenas, la violencia e inseguridad, la contaminación de peces y aguas, la enorme deforestación de la Amazonía y la pobreza de nuestra gente son hechos reales. Están ahí, clamando, urgiendo ser atendidos. ¿Qué estamos haciendo con esa información real? ¿Puede ayudarnos a encontrar caminos de justicia y desarrollo o ―más bien― generar más violencia y destrucción?
Lo que hagamos hoy es el legado que dejaremos a quienes vendrán, y no habrá mejor herencia que impulsar un Perú saludable, justo, en paz. La historia mira, juzga, premia y castiga. Y esa historia es la que estamos escribiendo hoy cada uno de nosotros. Toca decidir, entonces, en qué lado de la historia queremos estar.
Firman:
-Hna. Nonie Reaño, Bhrama Kumaris Perú
-Jamer López, presidente de la Organización Regional Aidesep Orau (ORAU)
-Silvana Baldovino, directora del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)